¿Dónde están las mujeres en los festivales?

Lxs músicxs de este país, tienen la suerte de que actualmente existen muchísimos festivales, sobre todo en la época de verano, que se convierten en su mayor fuente de ingresos en esa época del año. Por esa parte bien, el problema es que casi siempre son lxs mismxs artistas lxs que forman parte de los carteles de todos esos festivales (exceptuando los eventos más grandes que traen a más grupos internacionales) y es normal que el nombre de una banda, como puede ser Izal, lo veas en 15 festivales más.

El principal problema es que pocos festivales apuestan por artistas emergentes (que haberlos haylos, pero no es la tendencia) y, en caso que contraten a grupos menos conocidos, los cachés suelen ser irrisorios al lado de lo que puede cobrar el cabeza de cartel. Pero claro, el prestigio que te da tocar en festis y la cantidad de gente que te va a ver, hace que los grupos acepten tocar por cuatro duros sólo por estar ahí.

Luego está el tema de la presencia de las mujeres en esos carteles que hasta hace poco era irrelevante o prácticamente nula en algunos casos. Sí que podemos decir, que 2019 fue el año en el que vimos a más mujeres formar parte de los line ups con una presencia del 19,17%, subiendo 6 puntos respecto al año anterior. Una declaración de intenciones positiva, pero todavía queda mucho camino que recorrer. El festival que incluyó a más mujeres, en concreto a 169, fue el Primavera Sound con una presencia del 44,70% del cartel. Y, por el contrario, el festival que contó con menos mujeres fue el Rock Fest en el que participaron 171 hombres y tan sólo 5 mujeres con una ridícula presencia del 2,80%, en la que no había ni una banda femenina ni tampoco ninguna mujer solista. WTF?!

Y, por supuesto, la presencia del colectivo LGTB tampoco está muy presentes. ¿Habéis visto a alguna drag o travesti en algún festival que no sea el del Orgullo Gay? Porque yo, ahora mismo, no recuerdo a ninguna. Grupos como Las Chillers o Cariño (ambos liderados por mujeres lesbianas) que sí que forman parte de muchos de los carteles, están abriendo camino a otrxs músicos LGTB y visibilizando al colectivo. Desde el mainstream también se reivindica, como por ejemplo, Alberto, el cantante de Miss Cafeína, uno de los cabeza de cartel de casi todos los festivales del país, que es homosexual y habla abiertamente sobre ello en las letras de sus canciones.

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