La historia la escribes tú (2ª parte)

En una de las primeras entradas del blog de hace unos meses, os contaba historias que forman parte del anecdotario de nuestra experiencia detrás de la producción de las fiestas Churros con Chocolate, tanto en Barcelona como en Madrid.

Hoy seguimos explicándote más cosas divertidas que nos han pasado durante estos más de ocho años. Una que la defino como bastante gamberra, al menos por parte del churrero que la protagoniza, fue el robo de la famosa “U” del rótulo corpóreo de bombillitas CHURROS que habíamos fabricado con mucha ilusión para el escenario del Apolo en nuestra tercera temporada. En un punto álgido de la fiesta, ese en el que se llena el escenario de gente bailando, ya se sabe, y se dice por micro eso de “Churreros, por favor, bajen del escenario”, nos dimos cuenta de que la letra “U” faltaba, ya no estaba ahí. Alguien se la había llevado. Me acuerdo de que a la semana siguiente hicimos un llamamiento en redes sociales pidiendo la devolución, así de buen rollo. Pues bien, nunca apareció. Lo que sí pasó hará un mes es que el susodicho ladrón de letras, se acercó a Chica Barata a la cabina de la Antichurros mientras ella estaba pinchando y le soltó: “Tú a mí no me conoces de nada pero hace tiempo que quería decírtelo y no sabía cómo hacerlo; pero yo fui el que se llevó la letra del rótulo de Barcelona hace mil años en una fiesta. Lo siento mucho. Me avergüenzo y no quiero que se haga público”. Nos quedamos, pues eso, sin rótulo hace siete años y ahora, sin palabras. Ay esos churreros que a veces se les va la olla, como a todos se nos ha ido alguna vez… No pasa nada, te perdonamos.

Otra más reciente que me hizo especial ilusión ocurrió en la fiesta que reinauguraba el nuevo Apolo después de su gran reforma y ampliación en octubre de 2018. Se dedicó ese día a homenajear a la ciudad que nos vio nacer, Barcelona, y entre muchos shows y sorpresas, logramos por primera vez en Apolo subir un castell dentro de la sala principal, todo ello con la participación de la Colla Castellera del Poblesec.  Pues bien, digo subir por decir algo, porque todo iba correcto en la formación del pilar hasta que fue subiendo la niña encargada de hacer de enxaneta, la Carlota. Subía y subía con el público expectante en silencio, pero cuando llegó arriba del todo e intentó coronar la fabulosa torre humana, no pudo erguirse del todo ni levantar el brazo ya que había tocado literalmente el techo del Apolo con su cabeza, así que se quedó agachadita y empezó a bajar firme y segura. Claro, no hicimos del todo bien el cálculo de alturas. Lo importante es que fue super emocionante cuando se descargó el castell y sonaron las grallas con el consiguiente subidón de todos los que estábamos allí. ¡Espectacular!

Y ahora que hablamos de momentos mágicos, también recuerdo la situación después de la actuación de Camela en la sexta temporada, cuando el Dioni se quedó en la sala con gorra y gafas de sol bailando y de incógnito para que nadie le reconociera, y María Ángeles cogió un taxi para ir al hotel, ya que los tacones le estaban matando, aunque el hotel estuviera en la siguiente esquina del Paral.lel a escasos pocos metros, justo puerta con puerta del teatro. Realmente le dolían los pies a rabiar para ir en taxi.

Por último, aunque os aseguro que seguiremos explicando nuevas historias, os cuento algo que poca gente sabe. Raffalla Carrà se puso en contacto con nosotros. Sí. Después de campañas churreras de llamamiento como #raffaellaven, después de enviarle en Navidad jamón, turrones y algún que otro detalle nuestro y de parte de los fans, logramos casi convencerla para venir a celebrar con nosotros el 75 Aniversario del Apolo. Al final declinó la oferta, una vez le enviamos a su assistant todo el guión de cómo teníamos planteada la fiesta. Nos lo agradeció muchísimo pero alegó que había dicho que no a muchas solicitudes de este tipo a lo largo de su vida y que por coherencia y respeto a las demás, sería mejor no venir a Barcelona. Yo creo que aún se lo está pensando…